Ingresó un niño de unos 15 años..plena pubertad y creo recordar que iban a intervenirlo de fimosis.
En aquella época yo tenía unos 21 añitos y mi compañera andaba por esa edad también.
Cuando ingresó fuimos a la habitación para darle el pijama y rellenar sus datos clínicos. Ya sabéis, alergias, enfermedades anteriores, operaciones a las que se había sometido...
El niño estaba muy nervioso, casi no podía articular palabra, así que le dimos el pijama y se metió en el baño para cambiarse. Mientras preparaba el material para canalizarle la vía y ponerle el gotero mi compañera estaba abriéndole la cama y poniendo un empapador en ella...de repente se abre la puerta del baño y sale el niño con el pijama puesto con lo de atrás delante. Ya sabéis que los pijamas de los hospitales se atan por detrás con dos tiras y casi siempre queda el trasero al aire. Una vez explicado esto os podéis imaginar como queda el pijama abrochado por delante!!
Nos miramos las dos, lo miramos a él y mi compañera le dijo: cariño, que te lo has puesto al revés.
El niño volvió a meterse en el baño y cuando salió para nuestra sorpresa se lo había puesto abrochado delante pero al revés, con las costuras por fuera.
No pudimos evitar reírnos, hacíamos fuerza para no reírnos pero nos caían las lágrimas.
Al final mi compañera se tuvo que salir de la habitación porque no aguantaba más y menos mal que así yo me pude controlar y seguir con mi trabajo.
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