lunes, 16 de febrero de 2009

OVEJAS ASESINAS



Paciente-cliente de 45 años que está ingresado para que le amputen parte de la pierna tras sufrir una necrosis importante en ella.

Llego una mañana a trabajar, todo igual que siempre, 4 curas por hacer, 5 quimios por poner, 3 médicos pasando visita... y un timbre sonando...el 405.

Yo: digame, necesita algo?

405: señorita venga corriendo con una escopeta que me están atacando las ovejas y en la puerta hay una docena de arañas de 17 patas que quieren entrar!!!!


Podéis imaginar que cara se me quedó. No sabía si ir, si llamar al médico o si pasar de él.
Así que con valor me acerque a la habitación, lo decía tan en serio que llegue a pensar que me iba a encontrar con las arañas y las ovejas. Efectivamente allí no había nada ni nadie...sólo él acurrucado en la cama, muy asustado y moviendo los brazos como si quisiera apartarse las ovejas de encima.

Lo intenté tranquilizar explicándole que allí no había nada, que era sólo su imaginación, que nada quería atacarle...no hicieron ningún efecto mis palabras.

Me fui al control a seguir atendiendo a los médicos y resto de pacientes cuando vuelve a llamar con la misma historia. Le vuelvo a explicar que no hay nada en la habitación, que se relaje. Con la buena suerte que veo aparecer por el pasillo a su médico.

Cuando vino el médico nos explico que el 405 era alcohólico, y lo que tenía era el síndrome de abstinencia.

Sabéis cual fue la solución? Medio vasito de vino en la comida...desaparecieron las ovejas, arañas y todo bicho.

Al día siguiente se lo comenté a una compañera que había estado la noche anterior a lo sucedido con él y se empezó a reír. Me explicó que esa noche el 405 llamó al timbre en varias ocasiones porque no podía dormir, mi compañera fue le dio un orfidal y le dijo que cerrara los ojos y contara ovejitas.

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